Crónica III San Silvestre Eballense

Buenos días eballenses, amigos y simpatizantes.
Ya está aquí el 2014, y con él la tradicional San Silvestre Eballense, que este año sigue sumando adictos al noble ejercicio de correr.
Es una satisfacción poder observar como numerables amigos se congregan para este evento, que espero cada año pueda ir a más y podamos seguir disfrutando de una carrera local en la que todos (corredores y espectadores) pasen un rato alegre en las ya alegres fiestas navideñas.
Felicitar a los ganadores (podéis ver el nombre de todos los premiados en el artículo anterior), aunque no es lo más importante de esta carrera, sino el buen rato que pasamos todos los que allí estábamos presentes.
Lo primero agradecer al Ayuntamiento el esfuerzo que realiza para que pueda celebrarse, con David a la cabeza, siendo todo un referente en cuanto a compromiso y dedicación al deporte (sin mencionar lo que le gusta hacer el cafre disfrazado, eh trompetónnnnn), y que decir de Paquillo, que se desvive y yo creo hasta sueña con cada empresa en la que participa y colabora. También Javi Maestre, aunque es perro como el solo, y yo ayudamos algo, jeje.
Bueno, a lo que voy… que me pongo a hacer la pelota y no puedo parar.
El 31 por la mañana amaneció soleado ¡guay! Vamos a disfrutar, no quiero ni pensar que hubiese pasado con Papa Nöel y sus renos si hubiese llovido, ¡madre mía que ostión hubiesen dado!
A primera hora andábamos Paco, Javi y yo buscando unos disfraces cómodos para poder participar, este año entre comidas, resacas, dolores y demás, he estado un poco torpe a la hora de prepararme un buen disfraz. Una vez conseguido, las cervecitas de rigor para ir entrando en calor, unas albóndigas para tener fuerzas y al lío.
Poco a poco fueron llegando niños, se notaba que tenían ganas de correr, con sus madres detrás poniéndoles el dorsal, “este dorsal es más grande que mi nene” comentaba alguien.
Los adultos fueron llegando, bueno adultos por edad, porque cualquiera lo diría viendo a Rorro y Valen vestidos de cerditos y revolcándose en el suelo,  todavía me estoy riendo viendo las fotos ¡¡pedazo de mam…es!!,  o esos muñecos de nieve junto a las burbujas de Freixenet (perdón por la publicidad del champán, pero es que llevo comisión), estos sí que le dan uso a los disfraces, eso es amortizarlos, pronto podréis verlos en el Bernabéu por la tele. Caperucita, el lobo, ¿¿la abuelita?? (Parecía Carmele Marchante en un mal día de resaca). Muchos niños muy bien aderezados y numerosos adultos más... Además de los renos y Papa Nöel, que no hay más que ver las fotos para saber el porqué de su victoria en la categoría de disfraces. ¡Insuperables! Merecen mención aparte.
Fueron celebrándose las carreras infantiles hasta que ya sólo quedaba la de los “adultos”.  La gente se partía de risa, pero en verdad todos estábamos esperando la aparición de algunos de los vecinos más celebres e imaginativos de nuestro pueblo. Y… no defraudaron, se les vio pasar volando como corresponde a Papa Nöel y sus renos por la calle Sabadell.
A pesar de su grandioso disfraz, tengo que amonestarlos por no estar presentes en la salida e incorporarse una vez comenzada la carrera, no se puede tener esperando a los demás corredores, pero espero que Papa Nöel me disculpe pues pretendo que el año que viene me deje algún regalo en mi casa, aunque tengo que reconocer que soy más de los Reyes Magos (aquí es donde no falla la magia de la Navidad).
La carrera comenzó con los dos hermanos de la localidad vecina a la cabeza y quienes a la postre fueron los ganadores (espero que el año próximo vengan disfrazados y den color al evento, que esto es para pasarlo bien), seguidos por dos dulces abejitas, Maya, Willy y un abejorro (ya cada uno que los sitúe).
Babe, el cerdito valiente, siguió la estela de las tres abejas, dejando atrás a Peppa Pig que bastante hacía con avanzar, pero al no poder volar pronto los perdió de vista aquejado de problemas físicos (le faltaba el aire decía).  Junto a los ellos iba el lobo que parecía más predispuesto a comerse a algún cerdito que a Caperucita o a su abuelita, y claro tanta indecisión le pasó factura (no sabemos qué pasó al final con esta enrevesada historia).
Detrás venían un enorme grupo de corredores, muñecos de nieve, burbujas, etc. (enhorabuena, siempre vais acorde con las fechas), con las apariciones fugaces de Papá Noel, que a punto estuvo de tener un accidente navideño con una moto-coche de la organización (el año que viene va a hacer  falta que Joaquín "el muni" ponga el radar en los cruces, pero que no ponga de soplar que entonces hay que suspende la carrera). Al final no pasó nada y el año que viene todos los niños podrán recibir sus regalos.
Bueno, estas son algunas de la historias que ocurrieron ese día, hubo muchas más, podría estar hasta mañana contando cosas, pero no se puede contar todo, si queréis podéis hacerlo vosotros con vuestros comentarios.
Además, quién quiera saberlas ya sabe lo que tiene que hacer, ¡participar el año que viene en la IV San Silvestre Eballense y vivirlas de primera mano!
Y nada más, os deseamos un muy feliz 2014 a todos y que este año nos traiga salud y felicidad.

Crónica ofrecida por Cheo, Cronista Oficial y Pocero del Año 2013.

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