Hola de nuevo.
Después de un mes sin apenas carreras,
corredores del grandísimo Club Deportivo El Pozo volvemos a las andanzas. La
prueba de este fin de semana fue nada más y nada menos que los 50 km más
duros del ámbito europeo, subiendo a la altura máxima que se alcanza en toda
Europa a nivel competitivo: 3.390 metros
de altitud (sobran las palabras).
Los
vencedores fueron Miguel Ángel Jiménez Parejo, que batió su propio récord al
parar el crono en 3h. 50' y 43", y María
Olimpia Morales, con un tiempo de 5h. 31' y 40".
Hasta
Granada nos trasladamos Pablo y yo el pasado sábado (día 3) por la mañana, para a
mediodía degustar las deliciosas tapas típicas de la ciudad. Por la tarde y
tras dormir la siesta, por miedo a no poder descansar durante la noche por los
nervios, nos dirigimos a la recogida de dorsales y demás.
A las 5
de la mañana del domingo ya estábamos en planta: desayuno, traslado al punto de salida en
el centro de Granada y puesta a punto. Poco después de las 7 se dio
comienzo a la carrera, donde Pablo, Antonio (un corredor gran amigo nuestro, que
ya ha participado junto a nosotros en varias pruebas de larga distancia) y yo
pusimos un ritmo tranquilo 6'30" por km, velocidad que fue bajando
paulatinamente conforme pasaban los kilómetros y la subida se había más
dura. Hasta el km 10 se puede decir que es
un calentamiento, para a partir de ahí ¡¡que rece el creyente y pida ayuda el
ateo!!
Fuimos
manteniendo el ritmo los tres juntos hasta el km 20 más o menos, pero a
partir de ahí se abrió un hueco entre nosotros marchando Pablo primero, yo a
continuación y el gran Antonio detrás. Una máquina devoradora de asfalto como es
Pablo seguía con un ritmo incansable, mientras que yo decidí no excederme por
lo que pudiera pasar… y así sobre el km 26, aprovechando un avituallamiento, me
puse a andar unos metros para descansar. Seguí corriendo nuevamente, me encontraba bien, pero a la altura del km 30 y algo, al
ascender a 2250 metros, comencé a notar
los estragos de la altura, cosa que hizo que tuviese que ir parando
regularmente a pillar aire y estirar los cuádriceps, que se me iban cargando.
Poco a poco se iba mezclando el correr con el andar, hasta llegar al km 40, donde el cuerpo me dijo ¡basta! Bueno, más bien no fue el cuerpo (me
encontraba muy bien), fue la carretera la que dijo que andase, pues se me hace
difícil pensar que haya persona en el mundo capaz de correr con semejante
desnivel acumulado (pero doy fe de que lo hay). Hay que decir que se suben un total de 2.750 metros de desnivel.
De este
modo, y tratando de llevar un andar ligero, llegue a meta, dando gracias del
buen tiempo, pues a esa altura son frecuente la ráfagas de viento de más
100 km por hora, así como el granizo, la nieve y la lluvia aún estando en
agosto.
Allí en meta me esperaba Pablo, que había llegado en 6 h. 13'. Yo lo haría en 6 h. 36', y a
continuación Antonio en 7 h. y 11'.
Finalizada la prueba, ahora venía
lo peor… para Pablo, pues había que bajar en remonte hasta Borreguiles, cosa
que Pablo prefirió bajar andando, ya que le tiene bastante respeto (¡si no miedo!), aunque lo que no pudo evitar es la telecabina hasta Pradollano, pues no había forma de
bajar.
Y esto ha sido todo, ahora puedo
decir: ¡¡¡PRUEBA SUPERADA!!!
Crónica ofrecida por Cheo, Cronista Oficial.
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