Crónica de la Maratón de Sevilla

La semana pasada se celebró la Maratón de Sevilla con tres de nuestros grandes corredores españoles (Abel Antón, Martín Fiz y Chema Martínez) entre los partícipes. La prueba batió récord de participación con más de 7000 corredores, entre los que estábamos 2 intrépidos poceros. Los ganadores fueron en categoría masculina en keniano Busendich Solomon, con 2h 10’ 13”, y en categoría femenina la etíope Ehite Buzuayehe Gebireyes, 2h 29’ 52”.
La aventura pocera comenzó el sábado por la mañana cuando nuestro queridísimo Ángel Ríder Toledano fue a recoger nuestros dorsales al estadio de La Cartuja, ahorrándonos un desplazamiento innecesario un día antes de la carrera. Muchas gracias amigo, siento que no podamos correr juntos este domingo “La Rompepiernas”, a pesar de saber de tu preparación por esos países de Oriente Medio.
En cuanto a los poceros que, además de participar, finalizamos la prueba (para mí es la distancia más dura, sin menospreciar las larguísimas pruebas de ultrafondo, en las que yo he participado, pues intento tomármelas con mucho relax), hay que decir que partimos tempranito para la capital sevillana, pues Ángel nos haría entrega de nuestros dorsales, amén de desearnos suerte y no queríamos llegar tarde como casi siempre.
Ya en el Estadio... los nervios, encuentros con amigos ubriqueños (con los que corrí los 101 de Ronda), Valentín (intrépido corredor montalbeño), el ganador de nuestra 1ª carrera eballense y alguno más.
Mientras nos cambiábamos pudimos ver y saludar a Martín Fiz y Chema Martínez y más tarde, como os contaré, Pablo estuvo junto a Abel Antón durante gran parte de la carrera (dos campeones corriendo cuerpo a cuerpo).
Una vez superadas las prisas por soltar las mochilas y otros equipajes, jejeje, y estando en la zona de salida, pasaron los nervios y... comenzó la carrera.
Desde el principio Pablo y yo decidimos correr a nuestro ritmo cada uno y mientras Pablo se marchaba unos metros por delante, yo me marqué 4'50" como referencia y así fui hasta el kilómetro 28 aproximadamente, cuando ya fui notando el cansancio hasta que sobre el 30 me di de frente contra “el muro” y mi ritmo cayó en picado hasta los 6'30". Mi moral estaba hundida, mas mi cuerpo lo intentaba, pues me encontraba con fuerzas, pero algo dentro de mí no lo permitía. En ese instante me adelantó esa locomotora llamada Pablo, que como después me contó yo lo había adelantado en el kilómetro 7. Ya no lo vi más, Pablo continuó con su buen ritmo y yo permanecí al mío como buenamente pude hasta entrar en el Estadio, cuando las fuerzas y el apoyo del público te empujan hasta la meta.
El ambiente de la carrera fue bestial, el buen día que hizo dio pie a que la ciudad se echara la calle, había tramos en los que íbamos escoltados por un pasillo de personas. Magnífica la idea de organizar pequeños conciertos en zonas emblemáticas de la ciudad, en los que se congregaban muchos aficionados bailando y animando, y por supuesto queremos agradecerlo a todos esos grupos, ya que unos metros de la prueba fueron superados gracias a su música.
Cuando cruce la meta recibí mi medalla correspondiente, y la pude saborear, no como hace dos años cuando al finalizar la prueba no podía casi ni andar y lo pase fatal hasta el punto de casi abandonar. El pocero Pablo ya estaba reposado cuando conseguí encontrarlo, después de unos estiramientos y una merecida ducha. Pablo finalizó en un increíble tiempo de 3h 30', con bastantes molestias que viene arrastrado hace ya algún tiempo, junto a Abel Antón, un magnífico recuerdo, el haber podido disfrutar de la compañía de tan modélico atleta (ver el vídeo de la llegada de Pablo), y yo finalicé en 3h 47’, bajando considerablemente las 4h 17’ que hice hace dos años (ver mi vídeo si queréis ver un alma en pena, jejeje).
Bueno y esto fue todo, magnífica carrera que cada año se renueva, y la semana que viene de Bélmez a Espiel.
Crónica ofrecida por Cheo, Cronista Oficial.

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