Crónica Bélmez-Espiel

El domingo día 10 de marzo nos desplazamos dos auténticos poceros (Miguel y yo) a recorrer los 21 kilómetros de la media maratón Bélmez-Espiel, tras la no asistencia de Ángel y Paco, los cuales por diferentes motivos no pudieron participar. Nos hubiera gustado poder correr todos juntos y pasar un agradable día... En cuanto a nuestra participación hay que contar que el día amaneció lluvioso, muy lluvioso, pero nuestro incansable afán de participación nos hizo atacar con alegría tan hermosa tarea.
Cuando llegamos a Espiel a las 07:45 la lluvia no daba tregua, pero conforme nos fuimos acercando a Bélmez, ya en el autobús que nos desplazaba a la salida, el sol fue adueñándose del cielo y la carrera se desarrollaría sin ninguna gota de agua, llegando por momentos a lucir el sol.
A las 10 se dio la salida, yo intenté coger un buen ritmo desde el comienzo, manteniéndome hasta el kilómetro 7 u 8 por debajo de 4'40". A partir de ahí ya fui amoldándome a los continuos cambios de subidas y bajadas. Tras de mí intuía que Miguel me seguiría a poca distancia, ya que se encuentra en un gran momento de forma y sabía que si no mantenía un buen ritmo acabaría adelantándome.
Paso a paso fui merendándome los kilómetros incluso llegando a adelantar a “Canuto”, del cual hay que decir que hizo una gran marca en la pasada maratón de Sevilla. Fui guardando fuerzas para poder atacar con éxito las últimas cuestas que ponen sobrenombre a esta carrera: “La Rompepiernas”. Y así conseguí llegar a tan ansiada meta, finalizando así la carrera en ambos sentidos.
Llegué a meta en 1h 40', terminando en la 104 posición de más de 400 corredores. Miguel acabó en 1h 47', dejando así una gran marca en tan duro terreno que hace presagiar que nos va a dar muy buenos momentos en próximos eventos.
Al final… lo mejor, un refresquito y un bocata para reponer fuerzas.
Ríder, ¡¡ésta va por ti!! Te espero pronto por aquí.

Crónica ofrecida por Cheo, Cronista Oficial.

1 comentario:

  1. Gracias, guapetón. Ya sabes que seguiré entrenando para estar cerca en las próximas. Pero a la altura imposible, ¡máquina!

    ResponderEliminar