¡Hola amigos!
Sin dar descanso al físico, volvimos este pasado fin
de semana a participar en otra prueba de larga distancia, "La Valiente", en la
localidad de Santiponce (Sevilla), cuna de las ruinas de Itálica.
A tal
afamado lugar nos desplazamos los poceros Pablo, Antonio Navarro y yo, para
recorrer los 50 kilómetros, que componía la prueba.
La idea
era clara: rebajar los tiempos conseguidos el año pasado, salir ilesos (el año
pasado tanto Antonio como yo terminamos muy doloridos) e intentar llegar a
tiempo a Córdoba para ir a ver el fútbol, aunque de eso mejor no hablar, porque
encima después de la paliza física, nos dieron un revolcón futbolístico...
Eran las 8:30 de la mañana del sábado día 30 cuando dieron la salida, y allí muertos de frío
nos encontramos con algunos amigos montalbeños de Los Fatiguitas. Esta vez no
corrimos con la emblemática equipación de nuestro tan amado Club, sino que
quisimos colaborar con la Asociación de Autismo Córdoba llevando unas camisetas
hechas para la ocasión.
En la
salida cogimos un ritmo algo más rápido del que queríamos llevar, pero el
frío que hacía y el inusual estado eufórico en que me había levantado esa
mañana hacían que mis piernas quisieran correr más. Antonio y Pablo seguían el
ritmo que marcaba, con un tanto de preocupación por lo que podía pasar después,
pero éste era mi día e iba a por todas (el año pasado finalicé 4º de mi
categoría con un tiempo de 5h y 22 minutos). Poco a poco fuimos amoldando el
ritmo a 5'20", me sentía muy cómodo, fuimos recorriendo kilómetros los 3 juntos
hasta que Antonio, sobre el 18, comenzó con sus clásicas locuras, se entretiene echando fotos, hablar por el
wasap (que aunque piense que no me entero, me entero), además del tiempo que
pierde cuando comienza con sus potingues energéticos.
La
carrera continuaba, el recorrido se nos hacía extraño a pesar de ser la segunda
vez que participábamos, hasta que Pablo se percató que veníamos haciendo el
recorrido al revés del año pasado (así somos nosotros, preparamos las carreras
concienzudamente, por los coj…).
Pasito
a pasito y manteniendo el ritmo fuimos adelantando a algunos corredores que nos
íbamos encontrando (aunque cada vez menos, pues las distancias entre todos
nosotros se habían ampliado mucho). Pablo me repetía continuamente que íbamos
muy deprisa, pero yo me encontraba bien y sabía que él también, pues era el que
llevaba el ritmo. Por primera vez desde que corro decidí probar a tomar sales
de potasio y magnesio, pues sufro mucho de calambres y la verdad es que dio
resultado, me encontraba bien a pesar de los treinta y tantos km que llevaba.
Hacía el km 40 comencé a sentirme cansado física y mentalmente, iba viendo
como Pablo se distanciaba 15 metros y no podía hacer nada por alcanzarlo y temí
descolgarme, y lo peor… las dudas de que la distancia final fuese correcta
(el año pasado fueron 52 kilómetros) comenzaron a mermarme la moral.
Pero… por fin llegamos a un avituallamiento en el km 45 y me devolvieron la vida,
pregunté por la distancia y me aseguraron que eran 50, bebí algo de agua y salí
por piernas, hasta Pablo que normalmente tarda muy poco en los
avituallamientos, tuvo que aligerarse para pillarme. Ya nada nos podría parar,
fuimos devorando la distancia que nos quedaba con alegría, pero sin volvernos
locos, no podíamos tropezar en errores anteriores de querer apretar al final.
Ya en el último kilómetros observamos a otro corredor y Pablo me ánimo a tratar
de alcanzarlo con la promesa de que ahí podía estar mi rival por la presea,
pero nos vio recortarle la distancia e hizo un último esfuerzo por no ser
alcanzado.
La conclusión… Finalizamos en
4h y 30 minutos, con muy buen sabor de boca, ambos en la 7ª posición de
nuestras categorías y el 24 y 25 de la general. El año pasado con este tiempo
hubiese subido al segundo cajón del podio. Me siento muy orgulloso, es la
primera carrera que termino con la sensación de triunfo y además acabo entero sin demasiados dolores. Pablo de igual manera mejoró una barbaridad su tiempo
con respecto a la pasada edición, que finalizó en 5h y 12 minutos.
Ahora quedaba el último pocero en
liza, que sorprendió con un tiempo de 5h y 37 minutos, rebajando en 1h
y 20 minutos su tiempo del año pasado, la que fue su primera carrera de larga distancia.
Esto demuestra lo mucho que ha mejorado Antonio, y lo mejor de todo… ¡lo que aún
va a mejorar!
Nos queda también felicitar a los ganadores, que concluyeron en masculino en 3:35:20 Francisco Castillo Limón y en femenino Sonia María Macías Román en 5:02:42.
Y que más… pues comentar la
preocupante obsesión por Pablo por confundir gente y decirles “tíos guapos” y
esas cosas sin conocerlos, ¡¡háztelo mirar!!
Un abrazo a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario